Patricia Claro presenta sus más recientes pinturas y video en la Galería Animal
La muestra titulada El tiempo y los ríos no fluyen hacia atrás estará abierta del 22 de noviembre al 17 de diciembre.
Santiago, nov. – dic. 2011.- El martes 22 de noviembre a las 19:30 horas se inaugura en la Galería Animal la muestra titulada El tiempo y los ríos no fluyen hacia atrás de la artista visual Patricia Claro y que corresponde a la segunda exposición individual de la artista en la Galería.
Esta exposición es el resultado de un proceso de estudio e investigación en torno al agua y sus características, donde la observación rigurosa de la realidad ha permitido a la artista acercarse al conocimiento de las leyes naturales que determinan los atributos propios de este elemento.
La artista desarrolla un estudio en torno a la idea de tiempo, donde explora el mecanismo interno que otorga al agua la capacidad de fluir de modo permanente. “Busco pasar de la pintura como soporte estático a una pintura a la cual puedo adjudicar movimiento a través de un manejo de luz y color, con los que a su vez hablo también del tiempo”, explica Patricia Claro. El video que complementa la muestra pictórica representa una síntesis de este estudio, mostrando la variación de la intensidad lumínica a lo largo de un día, dando cuenta de una serie de cambios que experimenta el agua en su escenario natural. El video representa una puesta en escena del río que es fuente de inspiración las imágenes pintadas. “En el suelo de la Galería estará montado este video titulado 16 de abril de una duración de quince minutos y que es la grabación intervenida de un día, desde la mañana hasta el anochecer”, agrega la artista.
La muestra representa una secuencia de imágenes de una misma porción de agua, donde la continuidad entre ellas está dada por distintas fracciones de minuto. De esta manera, la temporalidad de la secuencia abarca únicamente 8 segundos, tiempo aproximado que demora una onda en expandirse hasta desaparecer. A la representación del movimiento del agua se une la variación en la intensidad de la luz, simulando el proceso de iluminación del sol a lo largo del día, dando a conocer la transparencia del agua y su capacidad de espejar lo que la rodea. Ocho cuadros de gran formato van mostrando así un mismo paraje que va evolucionando, un fragmento de río de aguas quietas, un lugar de vegetación tupida, donde si bien apenas se ven ramas se adivina un bosque.
En ese fragmento del río algo perturbó el agua porque el agua dibuja círculos concéntricos que se abren. “Son ocho segundos desde que yo tiro un piedra hasta que el agua queda nuevamente calmo. A eso incorporo otra dimensión de tiempo que se refleja a través de la luminosidad, desde la máxima luz de medio día hasta la tarde cuando está casi oscuro”. La secuencia de cuadros captura distintas etapas de ese movimiento, las ondas se propagan agrandando su radio hasta difuminarse. En este caso hay un doble movimiento, una doble dilución, pues a medida que desaparece la onda desaparece gradualmente también el color. Patricia Claro profundiza con esto la sensaciones de cambio de tiempo, haciendo un sutil pero incuestionable guiño a Heráclito; pese a ser imágenes del mismo lugar, el río ya no es el mismo.
La idea de tiempo, presente tanto en el video como en la secuencia pictórica, se relaciona con la teoría del filósofo presocrático donde el movimiento es considerado como el fenómeno característico de todo cuanto existe. La conocida frase “nadie se baña dos veces en el mismo río”, extraída de la obra de Heráclito, hace alusión a la condición cambiante de todo lo que forma parte de la realidad, a partir de la cual su identidad se define en un determinado espacio y tiempo, mutando de acuerdo al proceso de cambio de ambos factores. Utiliza la imagen de un río para representar la naturaleza temporal de la realidad por ser éste el elemento que mejor manifiesta o evidencia el paso del tiempo y la singularidad de cada instante vivido.
Por otra parte existe un punto de encuentro entre la estética de la artista y la oriental dado por el uso del recorte como método para la construcción de filtros de luz. Una antigua técnica de recorte china, que data del año 200 A.C., consistía en el uso de tijeras pequeñas y cinceles para cortar el papel llamado “papel cincelado”. Esta técnica se relaciona con la forma en que la artista aborda el dibujo, puesto que a través de un recorte que define la luz, semejante a una “máscara cincelada”, crea el efecto de luz en el cuadro. El recorte es realizado con tecnología láser permitiendo graduar la intensidad de luz sobre la superficie. Esta luz “hecha a mano” da dinamismo a la imagen representada, creando el efecto de movimiento en la medida que representa las ondas producidas por las corrientes.
“Pese a que me centro en las mismas aguas, este trabajo va acompañado de mucho estudio y experimentación técnica. Trabajo con el mismo recorte que utilicé en mi muestra el 2008, pero en esta ocasión el corte ya no está realizado a mano sino con tecnología láser. El agua me muestra imágenes que son 100% creadas por efectos lumínicos. Dibujo la luz haciendo un trazado en computación de todo el contorno de la luz que luego separo y la mando a cortar con láser. Esta nueva tecnología me permitió abordar nuevas imágenes”, explica la pintora.
Esta creación pictórica es posible gracias a la interrelación entre naturaleza y técnica que se da al interior del proceso creativo de Claro, donde lo predecible –representado por la captura digital- confluye con lo impredecible y azaroso –el agua en su entorno natural-, conformando la tríada: naturaleza-técnica-cuadro. El uso que la artista hace de la tecnología contemporánea da cuenta de la presencia de un taller intervenido, donde la minuciosidad y lentitud de lo manual se asocia a la eficacia y arbitrariedad de lo técnico construyendo un sistema que define las estrategias de su estilo particular.
La adecuación de la artista a los distintos ritmos y ciclos de la naturaleza otorga a su estilo una particularidad, definida por la presencia de diversos tiempos a lo largo del proceso. Un primer tiempo corresponde al propio de la naturaleza, escenario a partir del cual es captada la imagen que posteriormente servirá de sustrato pictórico; mientras que un segundo tiempo está dado por el proceso de creación, donde el ritmo depende de las cualidades de los materiales que se utilizan y de la sofisticación técnica con que aborda la figuración a través del recorte.
“Le robo al río 8 segundos de tiempo que luego llevo hasta mi taller y transformo en ocho meses de trabajo. De esa manera hay varias dimensiones de manipulación del tiempo que busqué evidenciar en el video y en los cuadros a través de la forma y los campos lumínicos. Por otra parte, hay un tiempo de espera en la naturaleza y el río, y luego en el taller, dado que yo tengo que trabajar al ritmo de los cuadros. Cada vez que pongo una veladura hay un proceso de cambio y un proceso de espera en lo físico del material”, comenta Patricia Claro. Ambos tiempos implican una espera por parte de la artista. Esta actitud paciente corresponde a su ritmo personal, que se une al ritmo de la naturaleza para poder capturar la imagen y representarla. Los ritmos del agua no se pueden intervenir, así como tampoco puede intervenirse el ritmo de las pinturas y del proceso creativo.
* El comunicado contiene extractos de los textos escritos para la exposición que son productos del estudio conjunto que realizó Patricia Claro con la Licenciada en Artes, Olga Giménez, y el Dr. en Física, Diego R. Maltrana, en torno a su obra.
Patricia Claro, artista visual, vive y trabaja en Santiago. Es Licenciada en Artes Visuales y Diseño en la Universidad Católica. Participó en la II BIENAL DEL FIN DEL MUNDO, INTEMPERIE en Ushuaia, Argentina, curada por Alfons Hug. Fue seleccionada para la exposición FRESH PAINT (2012), por la curadora Selene Wendt, en el Stenersen Museum, Oslo Noruega. Selección de exposiciones: RE-CORTE, Galería Animal; ANOTHER LANDSCAPE, Kelley Roy Gallery, USA; PAISAJE FINAL (proyecto FONDART 07), Coyhaique; ARTEBA; Shanghai Art Fair, entre otros.