LA ARTISTA QUE PINTA LAS SENSACIONES DEL AGUA
EL MERCURIO-Cultura
12 Enero 2015
Por Daniela Silva Astorga
Llegó el día en que ella, una diseñadora de larga trayectoria que tomaba talleres de pintura y grabado desde la década del 80, quiso estudiar arte. Avanzaba la década del 2000 y, durante su segundo paso por la universidad, llegó también el día en que un río la fascinó. Desde entonces, Patricia Claro (1960) se dedicó a contemplar esas aguas a distintas horas y durante todas las estaciones el año; con luces opuestas, con viento, lluvia, sol. Y bajo esas condiciones fue tomando fotos sin descanso. Imágenes que luego fueron la base para sus pinturas de dedicada y extensa factura, con varias capas y contrastes que hablan de distintas formas de agua. Al final, cada cuadro prácticamente reúne dos obras en una.
“Lo que pinto es la superficie del agua. Ese mosaico que se produce con su movimiento tan particular, y que uno reconoce solo porque queda en la memoria. O por el uso de la cámara. La ocupo pues, con su tecnología avanzada y gran lente, captura cosas que yo no advierto. Para mi obra necesito mucha sensibilidad”, dice la artista, quien usa varias capas porque en ellas anula la textura de su lienzo hasta llegar a una superficie lisa y brillante. Sobre eso utiliza pigmento opacos y esténcil, para plasmar sensación de movimiento.
Esas son las obras que, desde esta semana, Patricia Claro exhibe en la U. De Concepción, bajo el título “Formas de Agua” y en el marco del programa “Aguas desbordadas; responsabilidad y futuro”, que la casa de estudios desarrolla para abordar la actual crisis hídrica del mundo.
En la Casa del Arte de la pinacoteca universitaria presenta cuatro pinturas de gran formato, un video y dos secuencias de imágenes del video impresas, además de una instalación y una serie de fotos. “Nunca las había exhibido. Son las imágenes del río que tomo desde el bote, como referencia para mi pintura. Tengo miles. Y estoy rescatando también los ideogramas acuáticos que se forman con el cruce de las ramas y su reflejo”, comenta Claro. Sobre esos dibujos que tienen gran similitud con los caligramas chinos. “Es una vuelta a esa mirada –agrega- de los antiguos orientales. Hago la misma operación a partir de mi observación personal, definiendo y armando u relato de mi recorrido. Estos ideogramas aparecen por primera vez en mis estudios. Quiero desarrollar algún tipo de proyecto con ellos al centro”.
-¿Cómo fue que decidió dedicarse a pintar y estudiar el comportamiento del agua dulce?
“Cuando empecé a estudiar me encontré con un pedazo de río, trabajé primero con el paisaje y de a poco fui al detalle del trozo del agua. Así llegué a una mirada más contemporánea del paisaje: sin horizonte, más vertical, hacia el movimiento del agua y sus libertades. No que un día haya decidido pintarla, fue fruto de un proceso natural”.